La implantación sistemática en edificios herméticos o no, de sistemas de Aire Acondicionado que renuevan solamente en forma parcial el aire natural, ha puesto de manifiesto en los últimos años la gravedad de un problema hasta ese momento inadvertido.
En los edificios, los índices de contaminación pueden excederse debido a malas condiciones internas de suciedad, polvo, humedad, gases tóxicos, hongos y aguas estancadas, o bien crear cuadros absolutamente nuevos de contaminación en el interior del edificio.
En muchos casos, y principalmente en los edificios nuevos (sobretodo oficinas y despachos) sin ventilación natural, un alto grado de sus ocupantes presentan problemas de dolores de cabeza, nauseas, mareos, irritación de garganta, picazón o sequedad de la piel, congestión o irritación nasal, ojos llorosos, fatiga excesiva, etc. La presencia de estos síntomas se conoce como “Síndrome del Edificio Enfermo”, y pueden agravar otras enfermedades.
Desde un punto de vista estrictamente económico la producción anual de las empresas disminuye debido al bajo nivel de la Calidad del Medio Ambiente Interior, y falta de control de las infecciones que contribuyen al aumento del ausentismo.
Esta tecnología no sustituye ni elimina los sistemas de filtrado preexistentes en los edificios, oficinas y residencias, sino que es un mecanismo adicional de ahorro al alargar la vida útil de estos. De igual manera esta tecnología es un componente sustancial de la Eficiencia Energética, ya que con la mejora de la Calidad del Medio Ambiente Interior de los Edificios, Oficinas y Residencias, se reducen las renovaciones del aire y de su climatización correspondiente.
Las principales aplicaciones en el sector son: Edificios, Naves industriales, Oficinas, Comercios, Despachos, Sucursales, Residencias privadas, etc.
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